La derecha salta de alegría. La izquierda se aprieta el cinturón. Y Donald Trump, que cruzará el umbral de la Casa Blanca tan pronto como el 20 de enero, anuncia deportaciones masivas, aranceles prohibitivos y el bombardeo de cárteles dentro de México.
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Los presidentes derechistas de Argentina y El Salvador aplauden. Javier Milei logró cumplir su gran sueño: convertirse en el primer presidente de América Latina en tomarse una selfie con Donald Trump. Para ello, el argentino viajó a Estados Unidos, justo después de que el republicano ganara las elecciones el pasado 5 de noviembre. Los dos posaron con los pulgares extendidos, como más le gusta a Milei, Trump le felicitó por "hacer a Argentina grande otra vez".
Sin embargo, la alegría de la derecha puede resultar corta de miras: los aranceles prohibitivos y las deportaciones anunciadas por Trump afectarán también a los Estados gobernados por sus partidarios.
Es probable que a quien más perjudique sea a México.
Las plagas bíblicas
"Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos": estas palabras, pronunciadas por el dictador mexicano Porfirio Díaz hace más de un siglo, suenan muy ciertas hoy.
Porque es sobre todo a México a quien Trump promete enviar plagas bíblicas. Primero: aranceles prohibitivos a los productos mexicanos, contrarios al tratado de libre comercio entre ambos países. Segundo: el bombardeo de las bases de los cárteles de la cocaína en México, nada menos que una intervención militar en el territorio de otro país. Tercero: la deportación de millones de personas a las que Trump llama "extranjeros" o "aliens" (extranjeros).
¿De cuántos millones de 'aliens' estamos hablando? Nadie lo sabe. Durante la campaña, Trump corrió a aumentar esa cifra consigo mismo. Desde el millón de personas a las que el futuro vicepresidente J.D. Vance prometió "expulsar de EEUU inmediatamente", hasta los 11, 15 y hasta 23 millones que aparecían en las declaraciones del futuro presidente.
Las personas que viven en EE.UU. sin permiso de residencia permanente son aprox. 11 millones. Casi la mitad de ellos son mexicanos.
En posts publicados en su propia plataforma TruthSocial, Trump vincula los tres temas: aranceles, migración y drogas.
Los aranceles prohibitivos -25% a "todos" los productos importados de México- se mantendrán hasta que "¡las drogas, especialmente el fentanilo, y todos los Extranjeros Ilegales detengan esta Invasión de nuestro País!" - ortografía original.
Como en el caso de la famosa obra radiofónica de Orson Welles La Guerra de los Mundos, emitida en Halloween de 1938, muchos de los millones de oyentes fueron incapaces de distinguir la verdad de la ficción y creyeron que la Tierra había sido realmente invadida por extraterrestres, muchos estadounidenses también creen hoy en una "invasión alienígena".
Deber por deber
Qué tiene que decir México de todo esto? La presidenta izquierdista Claudia Sheinbaum ha anunciado que si Trump impone aranceles prohibitivos a los productos mexicanos, su país responderá con lo mismo: ojo por ojo, deber por deber.
Sheinbaum también señala que México es cada vez más eficaz en el control de la migración de Centroamérica a Estados Unidos. El número de cruces fronterizos ilegales entre México y EE.UU. se ha reducido drásticamente en el último año, según muestran las estadísticas oficiales - Sheinbaum se las envió a Trump por carta.
Al hablar de las drogas con las que, según Trump, México inunda EE.UU., Sheinbaum subraya que su país no es consumidor de ellas, sino que paga un precio enorme en forma de violencia narcodelictiva que se cobra cada vez más vidas. El presidente también señala que hasta el 70% de las armas ilegales confiscadas en México proceden de EEUU.
"Nosotros no fabricamos armas, no usamos drogas sintéticas. Desafortunadamente, el narcotráfico mata a nuestra gente para satisfacer la demanda de su país". - dijo Sheinbaum en rueda de prensa, dirigiéndose directamente a Trump.
Mis amigos mexicanos no dan crédito a las amenazas del republicano. - Qué aranceles prohibitivos hay, la religión de los americanos es: "hacerlo barato". - me dice por teléfono el director de cine Rodrigo Reyes. - ¿Gastar millones? La gente que votó a Trump se emocionó con las consignas sobre las deportaciones masivas, pero no creo que siga adelante con la idea. Deportar a tanta gente sería demasiado complicado y contrario a la ley, dice Reyes.
Reyes nació en México y vive en Estados Unidos. Entre otras cosas, filmó Purgatorio, un documental sobre la frontera entre EE.UU. y México, que él mismo cruzó por primera vez como inmigrante ilegal. Explica que, en los últimos años, su país de origen y Estados Unidos han cooperado con éxito en el control de las fronteras y la migración.
- En la práctica, la frontera entre Estados Unidos y México se encuentra actualmente en Chiapas, en el sur de México. Las autoridades mexicanas suelen detener a la gente allí mismo, impidiéndoles llegar a la frontera real con Estados Unidos, explica Reyes. En su opinión, esta cooperación se romperá si Estados Unidos plantea exigencias a México sin ofrecer nada a cambio.
"Creo que cuando Trump tome posesión, mostrará moderación en sus acciones" - me escribe el amigo Gabriel Mejía Pérez.
Mejía vive en Ciudad de México y regenta allí una pequeña tienda de bicicletas.
"La relación con México es estratégica para EEUU. Trump no las va a tirar a la basura así como así" - asegura. Y añade: "Por supuesto, presionará para que los temas que son prioritarios en su narrativa se discutan en la región como los más importantes."
Hay algo que temer
Personalmente, veo un par de motivos significativos de preocupación. Uno es el nombramiento de Thomas Homan como "zar de las fronteras". Homan dirigió a los guardias fronterizos del ICE durante el primer mandato de Trump. Fue él quien aprobó la controvertida iniciativa de separar a padres e hijos inmigrantes tras cruzar la frontera de México a EE UU.
En la guerra arancelaria, es México el que más tiene que perder. Exporta alrededor del 80% de sus bienes a EEUU y depende del comercio con su vecino del norte mucho más que viceversa.
Tras la segunda victoria de Trump, Venezuela y Cuba han perdido la esperanza de que las sanciones económicas que EEUU les impuso sean levantadas en los próximos años. Cuba también sigue en la lista estadounidense de "países patrocinadores del terrorismo", de la que Biden prometió sacarla, pero parece haberlo olvidado.
La isla ya no cree que los turistas de Estados Unidos vayan a volver. No volverán, porque no se les permite viajar a "países patrocinadores del terrorismo". Por otra parte, nosotros tampoco: si quisiéramos entrar en Estados Unidos bajo el Programa de Exención de Visado, permanecer en Cuba después de 2021 nos lo impediría.
Es poco probable que a Cuba le importe especialmente Trump, sin embargo, ha elegido a Marco Rubio como su Secretario de Estado, que tiene raíces cubanas y aboga por la política más dura posible hacia la isla.
Otros gobiernos de izquierda temen que Trump les castigue por sus duras críticas a Israel por los crímenes de guerra en Gaza e incluso que contribuya a la desestabilización de la región.
Mientras la derecha local intentaba impedir un cambio de guardia democrático en Guatemala en enero de 2024, los enviados de Biden trabajaban incansablemente entre bastidores para garantizar que el ganador progresista Bernardo Arévalo pudiera tomar el poder. Mientras tanto, personas cercanas a Trump difundían teorías conspirativas sobre unas elecciones amañadas. Hoy, la derecha guatemalteca siente el viento soplando en sus velas.
Y ya en febrero de 2025, primera vuelta electoral en Ecuador. Si la izquierda -como vaticinan muchos pronósticos- logra una victoria mínima y la derecha no está dispuesta a reconocerlo negándose a abandonar el poder, Trump podría intervenir.
Sin embargo, mis amigos mexicanos no quieren preocuparse en exceso. Rodrigo Reyes, sin embargo, admite que le cuesta pensar en "otros cuatro años con ese pendejo (cabrón) en la Casa Blanca".
